jueves, 10 de septiembre de 2009

lunes, 31 de agosto de 2009

Hacia la derecha

Hace mucho tiempo ya que le regalé mi alma al Internet y en ningún momento pensé en vendérsela, descargo diariamente información/poder con toda la paciencia natural del interés por todo aquello que existe, por creaciones y constructos, por ficciones y muchas mentiras encantadoras. El ser inmortal y supremo al cual idolatro y en el cual vivo es la información.
La modernidad tienen su gran encanto en ser muy cómoda para los fieles necesitados de acontecimientos que somos y no concibo nada fuera del eterno vacío de la información. Jamás estará llena, nunca será obsoleta y de ninguna manera podrá ser finita. Inclínense todos ante esta soberana que nos ahoga inevitablemente, endiósenla, vuélvanla una religión, despedácenla y sean despedazados en sana unión mundana; es la Reina. Ella es la Reina y todos somos trozos que le pertenecen. De esta manera, estamos conectados todos, somos una misma entidad que se despedaza entre sí para beneficio o desgracia, interactuamos en esto que llamamos realidad y que bien o mal podría ser una caprichosa ilusión de la Reina. Ella no necesita corporeidad ni anatomía visible; existe y es irrefutable. Cada instante sus tentáculos van alargándose más y más, nunca dejarán de crecer dejando basura a su paso. Ella tiene todos los rostros que se puedan concebir y a la vez no tiene ninguno porque no necesita ser vista por nada ni nadie, sólo tiene un perfecto ojo que sirve de receptor. Es completamente neutral y se hincha de eventos pero no hay manera de que estalle, y si lo hiciera, sólo habrían desangres de información y el ojo los percibiría, siempre.

jueves, 20 de agosto de 2009

martes, 4 de agosto de 2009

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¿Cómo lo hacen? Esa es la pregunta crucial. En algún momento me atreví a decir que se veía perfecto, que era lo mejor del planeta y que sonaba celestial. Casi divino. Me retenía el hecho de lo ridículo, eso mismo que puede ser de mal gusto o tener gusto a ridículo. Lo van soltando poco a poco y en un instante explota, se logra desprender como una costra. Por ahí iba la cosa hasta ese momento.

Era denso, mesurado, sublime, correcto y en equilibrio. Aquello era todo un placer. Mientras más duro se veía, mientras más sobrecargado en el silencio y el eco, era mejor. Me sentaba y contemplaba, no necesitaba ni siquiera acomodarme en la silla doblada; así estaba bien. Aunque no fuera lo mejor de planeta era adecuado para el momento, o para la estadía, no sé, me hundía en la apreciación. Empezaba a sentirme un trozo de piel a punto de desprenderse y cualquier eco podría hacerlo adecuadamente. Era yo y el espacio que se aburría y dejaba de existir a ratos, luego volvía apresurado, como el que olvida algo por distraerse en el atrevimiento. Así de sencillo suena y así de sencillo es. Me lleva a pensar en el vicio inmediato, ese que puedes satisfacer en cualquier momento, sea idóneo o no lo sea, es casi necesario. Si está ahí, es fácil ceder, pero si se controla con una milésima de disciplina puede ridiculizarse. Se torna denso y va perdiendo volumen. De cualquier modo, cuando se dedica a fumar cigarros porque sí, el individuo se vuelve caprichoso, obsesivo y atrevido. A veces decide romper el tiempo, o como dicen: para cerrar un lapso de tiempo. Otras veces dicen: para finalizar alguna actividad placentera. Se dedica entonces a funcionar como un reloj de necesidad. Se ahoga a veces en la oportunidad y comienza a latir fuertemente hasta que descansa (se apoya descaradamente en ti).

Y así va, poco a poco, sin prisa. Hay voces que te indican el estrecho y como debes cruzarlo. Si te caes, la lava te derretirá la piel desequilibradamente. Hay que estar activo pues, como quien dice. Sólo imagínate lo que puede hacerte la lava cuando eres un pellejo en plena mutación, y no sólo eso, olvida que eres un pellejo y que tienes piel fácil de quemar: así se puede pensar entonces en desintegración pura. Fácil, como una pastilla en el agua que nunca llega al fondo. No es necesario dar más ejemplos al respecto (como en unos 3 minutos ya eres inexistente).

miércoles, 15 de julio de 2009

Reverberaciones en el hueco

Estática; son colores,
en algún lugar se esconden, pálidas, sin desorden
y ocultamente se ordenan los pintores.
Hexástila; son caprichos,
en el fondo, en los rincones se esconden
y discretamente aúllan sangrantes.
Los pintores escondidos seducen deformaciones,
dispersiones, alucinaciones, confesiones
¡y colores!
Espárcelas sin forma,
las reverberaciones del hueco ahogadas en ti
y en el lienzo.
Dramática; son escudos,
entonados en bizarros alaridos se esconden patéticos secretos
que aúllan en silencio
la mórbida realidad.
Sécalas, hasta que estén crudas
y sean impresiones sobrias,
sin aullidos,
sin hemorragias, sin que choquen entre sí
en la fresca depresión que sonríe.

sábado, 4 de julio de 2009

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Todo comienza gustosamente, utilizamos el cigarrillo como un punto y aparte que finaliza un ciclo, un proceso, cierta actividad que captó la atención por un lapso de tiempo considerable, un grumo de información que saturó y sobrecargó, un encendedor dispuesto a incinerar la punta del buen cigarro mientras revuelves ideas frescas. No es preciso andar con rodeos al momento de decidir si encender uno o no (cómo negarse cuando se vuelve un fiel compañero que además de estar siempre ahí, llena mis pulmones de felices nubes intoxicadas; grande él), si dudas: pierdes, si pierdes: fumas, entonces no hagas nada de eso y proponte con heroísmo a encenderlo y no negarle uno al vicioso más próximo, ¡Grande él! A veces, basta sólo con mirarlo de reojo y detallar las intenciones de su rostro que te seduce a fumarlo, siempre es así, otras veces, aunque no haya ganas de fumar, el simple hecho de ver una caja repleta provoca tranquilidad a la crisis, es todo un acierto. Fumar es delicioso.